Ha muerto Raffaella Carrà, icono de la música y el espectáculo, pero su ‘fiesta’ seguirá siempre
Un vistazo al mito y a su estética atrevida: para Teresa Helbig, fue una pionera feminista que encendió la llama de la revolución
Raffaella Carrà ha muerto a los 78 años. Su pareja, Sergio Japino, firma el comunicado: “Raffaella nos ha dejado. Se ha ido a un mundo mejor, donde su humanidad, su inconfundible risa y su extraordinario talento brillarán para siempre”. Laura Pausini dice “adiós a la Reina”, sus seres queridos celebran a esta fuerza de la naturaleza, y la audiencia dice adiós a una estrella que siempre ha sido eterna. Porque Raffaella es una de esas artistas que perviven para siempre convertidas en icono: su obra y su imagen televisiva ha unido a cuatro generaciones y ha dado el salto al imaginario popular, trascendiendo el personaje y adquiriendo el status de mito.
La Carrà no ha querido que el mundo se hiciera eco de su enfermedad, ni que su sufrimiento eclipsara su legado: una fiesta, ‘fantástica’ y explosiva, en la que su público encuentre siempre la mayor felicidad. Raffaella, la mujer, era fuera de lo común: imparable, llena de voluntad y con una sencillez inesperada.
Raffaella, el icono, ha dejado su huella en la cultura y en la moda. Como sucedió con la gran Rocío Jurado, arte y personalidad contribuyeron a partes iguales a otorgarle su lugar como ‘reina’ de la gente: su atrevimiento, sus increíbles actuaciones, su belleza estupenda, que le acompañó toda su vida, y un repertorio de canciones inolvidables.
Su rostro abandonó el marco de la televisión para imprimirse en las camisetas, los pósteres o el celuloide. Recientemente, la película Explota explota, participada por RTVE, construía alrededor de sus canciones un musical que nos recuerda las barreras que empujó. Su vestuario, escote a escote y baile a baile, burló los códigos de la censura. Sus letras, a veces de forma velada y otras de forma directa, celebraron todo tipo de expresión y todo tipo de amor.
Por eso a día de hoy no hay bar gay en todo el Mediterráneo en el que los temas de Raffaella Carrà no se canten cada noche a golpe de melena y a golpe de tacón. La intérprete de Lucas, su canción sobre amar a un hombre gay, fue reconocida en el World Pride Madrid 2017 como Icono Gay Mundial, y sus palabras respecto a este tema siempre han definido quién era, en su música y en su vida, Raffaella: “Libertad es la palabra para poder vivir”.
Hablan los diseñadores
Carrá fue una pionera del feminismo que sentó el camino para las que vendrían detrás. Así la recuerda la diseñadora Teresa Helbig. “Las generaciones de hoy tenemos que dar gracias a que hubo mujeres como Raffaella, mujeres empoderadas, valientes, libres y auténticas que prendieron la llama de la revolución y optaron por romper barreras y quemar tabúes. En una época en la que no todo era fácil, Raffaella aportó sueño y evasión, y nos enseñó, a través de clásicos como “Hay que venir al Sur” “En el amor todo es empezar” o “Fiesta” el significado de la palabra liberación; libertad de elegir, de quivocarse, de querer, a quien fuese y de la forma que fuese”.
Pero no todo es atrevimiento: también es gusto, arte e ingeniería. Raffaella, además de en los escotes y las transparencias, demostró su osadía en los colores, los tejidos y las formas de unos vestidos que siempre acompañaron perfectamente su espectáculo y, sobre todo, sus bailes. Reina de la lentejuela y de la licra, sus estilismos, hechos siempre a medida, eran obras de ingeniería diseñadas para no romperse o distorsionar de ninguna forma sus movimientos de baile. Por eso prefería el pantalón al vestido, y si es un icono de moda es, también, por el modo en el que siempre supo explotar su lado masculino y hacer de todos sus rasgos estilo. El modisto Jorge Acuña dice: “Creo que la clave de su estilo radicaba en su propia energía, en su fuerza gestual. No era su corte de pelo lo que definía su estética, sino su forma de mover la melena.”
Para Juan Carlos Mesa, director creativo de Angel Schlesser y Maison Mesa: “Raffaella Carrà siempre ha sido un gran icono en todos los sentidos. Me ha acompañado toda mi vida para bailar, para disfrutar, para soñar, para saber lo que es una mujer sexy, lo que es bailar, un movimiento de cabeza como el suyo que jamás podrá ser imitado. Para mí es un icono en todos los sentidos, de estilo, musical, de televisión, sus programas me parecían siempre avanzados a su tiempo. Siempre ha sido una inspiración. Hasta en mi último desfile, donde celebrábamos la fiesta, el baile y no podía faltar un homenaje a Raffaella Carrà. Sin duda es un gran icono pop, un gran referente de arte, de moda y de cultura en general. Una gran perdida.
El modista Ángel Vilda, director creativo de Brain&Beast, tiene un emotivo recuerdo de la italiana: “Este cassette estaba en mi casa cuando era niño. Raffaella ha sido uno de mis primeros referentes de la belleza femenina, una magnífica mezcla de picardía, clase, inteligencia, educación, talento y modernidad. Recuerdo mirarla fascinado un sus apariciones en tv, sus coreografías, sus looks siempre sin escote que insinuaban más que enseñaban… una auténtica dama del music hall y el entretenimiento cubierta de lentejuelas, ¡una auténtica estrella!”
Con Raffaella muere una mujer todoterreno; un icono gay, de la moda y del pop. Pero Raffaella, la leyenda, sigue viva en cada nota, cada letra, cada paso de baile y cada celebración enérgica de la vida. “Por si acaso se acabe el mundo, todo el tiempo he de aprovechar”, dice su canción Para Hacer Bien El Amor. Su recuerdo, para siempre, es un regalo y una fiesta.
Fuente: rtve