Recientemente se celebró al interior del Centro de Readaptación Social Lic. David Franco Rodríguez el primer matrimonio igualitario, siendo una pareja de mujeres quienes unieron sus vidas la tarde de hoy.
María del Socorro y Margarita celebraron su unión civil la tarde de este viernes, luego de conocerse hace casi tres años cuando Socorro ingresó al CERESO, en entrevista, Socorro comentó que Margarita fue la primera persona que se le acercó para ofrecerle comida, desde ese momento surgió el amor hacia ella.
Por su parte, Margarita comentó que se enamoró de Socorro luego de que fue su apoyo al interior del centro en el momento en que enfrentó dificultades por la diabetes que padece; Margarita dejo claro que su pareja fue la única que le tendió la mano en ese momento, pues le ayudaba a hacer todas sus actividades.
Sobre las dificultades que enfrentan para llevar su relación al interior del centro penitenciario, Socorro señaló que adentro también hay homofobia y críticas desde ataduras religiosas, sin embargo, ellas decidieron vivir su relación bajo el precepto de que “Donde hay amor está Dios”; “tienen sus creencias de que, si están con nosotras o nos apoyan, Dios las va a condenar, es difícil” agregó al hacer referencia del pequeño grupo que las acompañó durante la ceremonia, y la dificultad de que alguna compañera la arreglara.
Además, Socorro declaró que tomó la decisión de contraer nupcias puesto que está cerca de cumplir con su condena, de modo que todos los beneficios que pueda obtener al salir y comenzar con su readaptación a la sociedad, los quiere compartir con su esposa; asimismo, espera que al salir pueda dedicarse al activismo en favor de los derechos de la comunidad LGBT y de las personas que se encuentren al interior de los Centros de Readaptación Social.
Ambas coincidieron en que su visión sobre los centros penitenciarios era muy diferente a lo que se encontraron al ingresar, pues esperaban un ambiente de violencia y hostilidad, sin embargo, aseguraron que encontraron todo lo contrario, “Aquí no hay gente como dicen, que es mala, somos seres humanos, somos personas, seguimos sintiendo, tenemos tristeza, tenemos alegría, sentimos amor, odio” puntualizó Socorro.
Margarita espera en el futuro poder abrir una galería en donde puedan vender las manualidades y obras de arte que realiza adentro del centro penitenciario; ambas sueñan con poder vivir juntas en el campo y tener una granja.
Fuente: 90grados