Los baños de vapor eran una costumbre muy difundida entre turcos y romanos. Los últimos, tenían como lugar de encuentro las termas donde entre masajes y vapores intercambiaban opiniones sobre política y cualquier tema del día. Las más famosas fueron las de Caracalla. Dotadas de una gran pileta con capacidad de hasta 2000 personas. También tenían gimnasios, bibliotecas y salas de masaje, donde recibían sesiones profesionales untando el cuerpo con una mezcla de arena, aceite y polvo.
Lo cierto es que hoy, como en aquellos tiempos, a través de los baños de calor puede mejorar su calidad de vida y alcanzar un estado físico y psíquico armónico. Como se logra una distensión total de los músculos, también se puede aliviar el estrés. Son terapias altamente desintoxicantes y depuradoras muy reconfortantes para la piel.
El baño sauna es de calor seco. Como el ambiente es menos húmedo que el del baño turco, el sudor se seca en la piel y genera una sensación más agradable. Se trata de una sala cubierta en madera llena de gradas para poder descansar – cuanto más arriba se siente, más calor va a sentir -.En este caso, la sensación térmica proviene de piedras volcánicas a altas temperaturas. Los mismos bañistas se encargan de humectar el lugar echando agua sobre las piedras. Al evaporarse, generan una sensación de aumento de la temperatura. Se trata del löily que, para los pueblos escandinavos no es más que el espíritu del sauna.
El baño turco es un sistema de salas de calor dotadas de diferentes temperaturas: la primera, a 45°; la segunda, a 55°; y la tercera, a 70°;. Aquí, el calor es tan húmedo que la transpiración provocada no se evapora. Por esta razón, el cuerpo no puede enfriarse y suda más y más. ¡Atención! Si tiene presión alta, alguna enfermedad cardíaca o un trastorno de circulación, no dude en consultar a un médico antes de entrar.
Un dato técnico, aquí adentro el calor se genera gracias al agua caliente que circula a través de cañerías y radiadores ubicados en las paredes de las salas.
Recomendaciones:
Date una ducha antes de entrar a un sauna o baño de vapor público. La diferencia entre un sauna y un baño de vapor, es que el primero da un calor seco, mientras que el segundo da un calor húmedo. Por lo general, los baños de vapor son un buen lugar para el cultivo de bacterias. Ducharse antes de entrar puede evitar algunas de estas bacterias.
Bebe un vaso de agua antes de entrar. Tanto los saunas como los baños de vapor, están hechos para sudar. Si es una buena limpieza, puede causar deshidratación y el calor seco de los saunas la potencian.
Lee todos los carteles con instrucciones y precauciones que hayan afuera del sauna o baño de vapor. Estos te darán consejos sobre condiciones médicas que pueden empeorarse en el medio ambiente y también dan consejos sobre cómo sacar el máximo provecho de una sesión.
Mantente alejado de todos los controles. No juegues con los controles de temperatura o abras la puerta para bajar la temperatura. Si el sauna o el baño de vapor se encuentran muy calientes o muy fríos, avísale a un trabajador. Nunca viertas agua dentro de los dispositivos de vapor.
Limita el tiempo de baño, sobre todo las primeras veces. Pasar demasiado tiempo en un sauna o una sala de vapor puede causar deshidratación. Trata de no permanecer adentro por más de 15 o 20 minutos, al menos las primeras veces.
Dale tiempo a tu cuerpo para que se enfríe luego de salir del sauna o del baño de vapor. Permítele a tu cuerpo que se ajuste gradualmente antes de meterse en una pisina o área fría.
Si tienes alguna condición medica que puede empeorar en un sauna o baño de vapor, no lo intentes. Estos lugares pueden causar serios problemas de salud para quienes tienen ciertas condiciones, como por ejemplo mujeres embarazas y personas con problemas del corazón.
Y en el ambiente…
Independientemente de los beneficios a la salud, los baños de vapor son por excelencia, lugares de ligue entre hombres por su diseño, por permitir cierta privacidad respecto a otros escenarios y siguen muy vigentes como sitios de contacto.
Ante la ausencia de cines, bares, parques o centros comerciales, los baños públicos se hicieron lugares ideales para el contacto masculino desde la antigüedad permitiendo que los hombre se encontraran con otros sin levantar sospecha alguna, sin miradas inquisidoras, comentarios indiscretos y donde podían conocer y reconocer a otros que compartían sus deseos, sus afectos y disfrutar de una exhibición de “adanes”, de músculos, de genitales en albercas, vestidores, duchas, salas de vapor, de masajes… facilitando el desarrollo de redes sociales, sexuales y afectivas para hombres que se sentían atraídos por otros hombres. De este modo, la funcionalidad y el uso del baño fue configurando el ligue, pero también una estética y una gran parte de la construcción de la identidad homosexual a través de miradas relajadas, toques incidentales o deliberados bajo aguas termales turbias y roces en translúcidos y sombríos vapores.
El decir “- Me voy al baño, al vapor para quitarme la mugre…” resultaba una excusa perfecta para ir a “quitarse la máscara”, para desnudarse de cuerpo y mente y luego comenzar con el cruce sutil de miradas y el vapor…
Hoy, los baños de vapor son espacios más abiertos al tema. Aún cuando hay lugares donde explícitamente advierten sobre “faltas a la moral” plenamente conscientes de la búsqueda del contacto sexual entre hombres, hay otros espacios que lo capitalizan y son más relajados al respecto para conquistar clientes o se especializan a fin de ofrecer servicios exclusivos para el mercado gay, ofreciendo servicio de bar, condones a la venta, salas, de video XXX y extendiendo sus horarios hasta 24 horas al día.
¿Pero qué pasa en Morelia? Por supuesto que contamos con baños de vapor y que además ofrecen servicio para nuestra comunidad. Algunos han desaparecido al paso de los años y debido al surgimiento de gimnasios y spas que al generar ofertas más integrales de salud y relajación, han atraído gran parte del mercado de los vapores, que ofrecen servicios más básicos y puramente masculinos.
Sobreviven sin embargo, algunos que además han sabido enfocar sus objetivos en la gente gay y en quienes – conocedores de lo que que ahí ocurre – van a buscar unos buenos momentos de placer a manos – o bocas – de otros hombres. Algunos negocios ofrecen sus servicios abiertamente a clientela gay, otros no lo publican pero son relajados al respecto y se hacen de la vista gorda. Si embargo, no está de más actuar con discreción y respeto según el caso – sobre todo si hay un despistado que no sabe qué pasa -, saber que un “no” es “no” y protegerse.
Según la información que hemos podido vivir y recopilar, en Morelia contamos actualmente con los siguientes lugares:
- Baños Valladolid
El vapor general de la planta baja es para gente gay. Por higiene no se permite acción en la piscina y por seguridad, tampoco en los vestidores.
El costo del acceso es de $ 100.00 pesos aprox. Abierto de lunes a domingo de 7:00 a 21:00 horas. Cada mes organizan una un evento nocturno que se extiende hasta la madrugada.
Calle Eduardo Ruiz, 605.
Centro.
Morelia, Michoacán.
- Baños Villalongín
Cuenta con una zona especial para gente gay, el vapor general ruso. Asegúrate de acudir a esta sección.
El costo del acceso es de $ 100.00 pesos aprox. Abierto de lunes a domingo de 7:00 a 21:00. Cada tanto organizan eventos especiales.
Aquiles Serdán, 877
Col. Centro.
Morelia, Michoacán.
Existen otros lugares cuyas referencias son dudosas y por el momento no tomaremos en cuenta, así que si los conoces y haz visto o tenido alguna experiencia, puedes compartirla con nosotros a través de info@gaymorelia.com para tener una mejor información.